miércoles, 11 de junio de 2014

Nos ha llegado el tiempo de "hablar con"

Para la inmensa mayoría de nosotros, los acontecimientos históricos que estamos viviendo estos días en nuestro país son únicos, porque es la primera vez que asistimos al relevo en la Jefatura del Estado en forma de abdicación del rey en su hijo, el príncipe de Asturias. No me refiero a las personas, sino a las figuras representativas; por ello no cito los nombres.

Hay quienes hemos vivido dos formas de gobierno diferentes aunque, por lo que a mí respecta, la anterior me pilló siendo niña y no guardo gran recuerdo, sino que los he construido con imágenes y crónicas televisivas. Otros han nacido cuando en España ya disfrutábamos de democracia y de un Parlamento elegido por todos los españoles con derecho a voto, según recoge nuestra Constitución.

Unos y otros, podremos estar de acuerdo o no en que dicho relevo se produzca en las personas en las que se hará, podremos discrepar en cuanto al por qué se realiza justamente ahora, acerca del modo en que se va a llevar a cabo; incluso podremos discrepar del dónde. Y la discrepancia siempre será válida, si lo que está detrás de ella es la reflexión y no el enfado.

Lógicamente, habrá quien esté en total desacuerdo conmigo y considere que sí es tiempo para el enfado. Personalmente, creo que mejor hemos de pasar al tiempo de "hablar con" y abandonar el tiempo de "hablar de". Hace muy poco que se han celebrado elecciones al Parlamento Europeo y las cosas han quedado bastante claras. Creo que ninguno de los partidos políticos tiene motivos para sacar pecho y que todos tienen que ponerse las pilas. Unos, porque han perdido a muchos de sus electores, totalmente desencantados con sus actuaciones en los últimos tiempos; otros, porque tendrán que trabajar mucho y muy bien para demostrar que se han subido al carro para ayudar a progresar a nuestro país, que es de lo que se trata.

La abdicación de Don Juan Carlos y la proclamación del príncipe Felipe como nuevo rey de España es un acontecimiento del más alto nivel histórico que considero valoraremos desde el futuro de un modo más objetivo del que lo hacemos justo ahora que se produce. Considero apropiado el relevo generacional en este ámbito, como en todos. Claro que hay aspectos relativos a la Corona de España que hay que cambiar, desde luego. Y también será necesaria la reforma de nuestra Constitución. Pero no olvidemos que esta misma Constitución, que ahora parece que es merecedora de todas nuestras críticas, ha servido para que podamos expresarlas libremente y para que, entre otras muchas cosas, yo pueda estar publicando este post.

Y termino con el asunto que considero más importante. Si hablo de él en el último párrafo es, precisamente, para prestarle toda mi atención. Aquí está la razón de dar comienzo al tiempo de "hablar con", la cifra de personas paradas registradas en las oficinas de servicio de empleo de nuestro país que, a fecha de mayo de 2014, es de 4.572.385. No es un número, son personas. Acabo de consultar el dato, lo he buscado porque quería reflejar la cifra exacta que, ojalá (palabra que me encanta y que tiene, por cierto, origen árabe), sea menor en el momento en que estoy escribiendo esta entrada. Como es lógico, no los conozco a todos, pero tengo al lado familiares y amigos que forman parte de esa imperdonable cifra. Ellos son quienes se merecen que dejemos de gritar para no oir lo que dice el que está enfrente, los que se merecen que se hable de ellos todos los días y no a primeros de cada mes para reflejar una cifra que se manipula según quien la cite. Los 4.572.385 parados de nuestro país (ojalá sean menos, repito), se merecen un trabajo, "tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo", según se recoge nuestra Constitución, artículo 35.1 ¿O acaso también se equivoca en eso?

No neguemos porque sí lo que ha sido válido y que puede seguir siéndolo con la renovación adecuada. No olvidemos que tenemos una gran historia tras nosotros. Recordemos que, si lo hacemos bien, seremos más grandes, seremos mejores y ayudaremos a la próxima generación. Cambiemos lo que sea necesario cambiar, pero hagámoslo hablando. 

Como siempre, gracias.


Hoy abro nueva página en el blog, dedicada, ¡cómo no!, a la Historia. 







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