miércoles, 8 de octubre de 2014

Don Santiago Ramón y Cajal, el humanismo y la austeridad de un hombre sabio.

Don Santiago Ramón y Cajal nos mira de frente, con una mirada directa en un gesto serio, el que corresponde con un hombre dotado de gran sentido de la justicia y de la honradez. Leer su biografía es leer acerca de la vida de un hombre que dedicó toda su vida al aprendizaje y a la enseñanza de la medicina y de la investigación científica, que hizo de la tenacidad un dogma de fe y que, a pesar de algunos momentos difíciles que le tocó vivir, supo sacar fuerzas de flaqueza en pos de su empeño.

Don Santiago Ramón y Cajal nació en un pequeño pueblo de Navarra, Petilla de Aragón, el 1 de mayo de 1852, en una época convulsa en España, en la que reinaba Isabel II. Su padre era cirujano, así que el mundo de la medicina fue el mundo de su infancia, una época en la que nació su vocación por el dibujo, que le duraría toda la vida. Realizó sus estudios primarios en Jaca y la carrera de Medicina la cursó en Zaragoza. Acabada la carrera, fue llamado para hacer el servicio militar,  se presentó a unas oposiones para médico militar y obtuvo plaza con una de las mejores notas. Poco después, fue destinado a Cuba, con motivo de la guerra que mantenía con España con el propósito de obtener la independencia. Llegó con ilusión pero, a los pocos, meses, el clima y el caos de la administración española, tanto la militar como la civil, hicieron mella en él y enfermó de gravedad. Su estado hizo que le repatriaran a España, al declararle "inútil para el servicio". Si no se hubiese dado esa circunstancia, quién sabe si el joven Ramón y Cajal hubiera llegado a ser el gran médico que hoy conocemos, pero lo cierto es que, afortunadamente para la medicina y la ciencia, su vida y su carrera, siguieron adelante.

Se casó con Silveria Fañanás García y vivieron un matrimonio largo y completado con el nacimiento de siete hijos. No cesó nunca de trabajar y de investigar. No todos los tiempos fueron buenos, pero su amor a la Medicina estaba por encima de todas las cosas. Además de médico, fue un gran humanista, pues sus acciones le delatan como un hombre generoso, preocupado por sus semejantes y compasivo con los que sufrían dolor, penuria o ambas cosas juntas.

Sus estudios de Histología son de los más completos que existen y todas sus investigaciones dieron buen fruto cuando descubrió cómo las neuronas del cerebro se conectan entre sí y cómo eso conforma su funcionamiento, gracias a lo cual, la neurología dio un paso de gigante. Multitud de premios avalan su contribución al avance de la ciencia y sobre todos ellos, el Premio Nobel de Medicina que recibió en 1906.

Su vida fue larga -vivió 82 años-, e intensa y mucho es lo que se puede leer acerca de este importantísimo médico español y universal. Esta entrada se queda pequeña ante la grandeza humana y profesional del personaje a quien está dedicada, su pretensión no es sino ser una manera más de rendirle el respeto que se merece.


Acceso a datos de su biografía en:  http://blogunire.blogspot.com.es/p/ilustres.html