jueves, 18 de septiembre de 2014

Una cuestión de respeto.

Escribo esta entrada después de haber leído estas pasadas semanas dos artículos en relación al cruceiro que en Anchorage (Alaska), rinde homenaje -o lo rendía hasta hace poco-, a la memoria del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, a sus compañeros Teodoro Roa y Alberto Mariano Huéscar, y al piloto del helicóptero en el que sufrieron el accidente que les costó la vida, Warren Dodson. Por lo visto, y debido a la realización de obras en una carretera, el monumento que les recordaba, desapareció. El relato del hecho se publicó a primeros de este mes de septiembre en El Confidencial Digital y reconozco que, cuando lo leí, me pareció que las autoridades de la ciudad habían demostrado una falta de respeto y de sensibilidad mayúsculas.


Sin embargo, a la semana siguiente tuvo lugar la publicación de otro artículo, en esta ocasión en El Correo Gallego, donde se refería la "aparición" del citado cruceiro en el museo de historia de Anchorage. Según el cónsul honorario español en Alaska -que se había interesado por el tema al ser preguntado por una escritora valenciana acerca de la localización del monumento, para poder visitarlo-, las autoridades de la ciudad han confirmado que el cruceiro fue dañado durante las obras, que se retiró para su restauración y conservación, y que volverá a ser instalado en breve.