La acción sucede en el año 2027, en un futuro desalentador donde el mundo es violento,
sucio, inhumano. El protagonista (Clive Owen), es un hombre desencantado, lineal, gris, pero se ve envuelto en acontecimientos que le conducen por escenarios fatalmente posibles, que no le dan respiro. Y con él, se lleva al espectador, lo arrastra.
Los personajes son creíbles, los "héroes" no existen tal y como los solemos ver en las películas de acción. La fotografía, a base de colores "sucios" ayuda a entrar en el ambiente y el final es perfecto, dramático pero con una dosis de esperanza.