jueves, 29 de mayo de 2014

La música ayuda a respirar.

     La música está en la naturaleza y, por tanto, forma parte de nosotros. Las hojas de un árbol, el viento y la lluvia, juntos, son capaces de componer las más bellas sinfonías. El crujir del deshielo en primavera, el rumor del agua que pasa queda o su furor cuando desafía a la gravedad y se lanza al vacío para golpear las rocas con toda su energía, es música. El repiqueteo de las aves guarecidas en sus nidos, el paso suave de un ciervo sobre el mullido del bosque en otoño..., el silencio mismo, si lo escuchamos atentamente, es música.