Estrella Polar |
Mirar al cielo por las noches, buscar y reconocer las estrellas es, además de enriquecedor desde el punto de vista del aprendizaje didáctico, una manera de disfrutar. Quienes tenemos la oportunidad de vivir en lugares con cielos limpios, donde la contaminación lumínica no nos oculta el estelarium nocturno, tenemos la suerte de poder iniciar o ampliar nuestros conocimientos acerca del universo, al menos, del que podemos ver desde hemisferio en el que vivamos.
Empezando despacio, centrándonos en aprender a situar las estrellas más importantes y reconocidas, guiados por personas que ya posean conocimientos astronómicos y por libros y sitios Web que ofrecen explicaciones sencillas, seremos capaces de conocer mucho mejor un cielo al que habitualmente no prestamos demasiada atención.
Arturo, la alfa de la Constelación del Boyero. |
Egipto, Mesopotamía, Grecia, las civilizaciones Maya, Azteca, Inca, Tales de Mileto, Ptolomeo, Galileo, Hubble y su teoría del Big Bang, Einstein, Halley -que dio nombre al cometa quizá más famoso- Carl Sagan..., todos ellos junto con otros muchos que no incluyo para no dilatar el listado pero que merecen igual mención, son nombres lo suficientemente reconocidos y reconocibles como para que nos molestemos -aunque solo sea de vez en cuando-, en mirar arriba en una noche estrellada y admirar los cuerpos celestes y las estrellas.
Curiosidad, interés por la Astronomía, la Ciencia, las Matemáticas, la Mitología o romanticismo y sentido poético de la vida, todos, motivos válidos para comenzar la aventura de mirar al cielo cualquier noche de éstas. Si comenzáis, que las estrellas os guíen.
(Entrada dedicada a J. Mena, por enseñarme y a José, por encontrar la Constelación del Águila).
Enlaces:
- AstroFácil.
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